Entrevista,  Profesionales,  Puerperio,  Salud mental perinatal

ENTREVISTA: PILAR SANZ MONGE, PSIQUIATRA

El tema de la psicología del puerperio me hace reflexionar sobre que la maternidad es un momento crítico, muy vulnerable, una experiencia muy transformadora y de adaptación personal para las mujeres, maravilloso y precioso para algunas, pero para otras puede ser muy traumático por las implicaciones y dificultades que rodean al puerperio, no sintiéndose felices con la llegada de un bebé y en el que debemos ser cuidadas, necesitamos apoyo y ayuda externa de pareja, familia, red social, etc; pues una madre sola no puede con todo. Además, la maternidad es dar a luz una nueva identidad que es la de la madre. Engloba muchos aspectos la frase de Stern: Una madre tiene que nacer psicológicamente al igual que su bebé nace de forma física” 

Así lo cuenta  Pilar Sanz Monje, psiquiatra en el Centro de Salud Mental de Arganda del Rey, en Madrid, con quien hemos podido hablar sobre este tema.

¿Pilar, cómo surgió su interés por trabajar con las familias en el contexto de la salud mental perinatal?

Mi deseo de trabajar con madres, bebés y padres en el periodo perinatal surgió en primer lugar desde mi maternidad, de aquella experiencia tan maravillosa y mágica comenzando desde el inicio del embarazo, así como de la vivencia que tuve con la lactancia y crianza de mi hijo, sintiendo en cada momento emociones satisfactorias. 

Por otra parte, surge a lo largo de todo mi desarrollo profesional en el que he tratado a mujeres embarazadas y en su puerperio, que en muchas ocasiones se sienten solas y poco arropadas por su entorno y que han podido experimentar síntomas de ansiedad, estrés, depresión, así como mujeres con importantes dificultades en la concepción y sus duelos generados. 

Retrospectivamente puedo comprobar que mi deseo de maternidad perduró en el tiempo a pesar de la edad, viéndose truncado tras el nacimiento de mi hijo por la presencia de ciertos problemas personales y que impidieron nuevos embarazos, por lo que esa inquietud y deseo de embarazo hizo que con el tiempo aflorara en mí el trabajo enriquecedor, satisfactorio y gratificante de poder ayudar a mujeres embarazadas con problemas emocionales ofreciéndoles mi apoyo.

¿Cómo realiza este trabajo en el día a día de su labor como profesional de la salud mental?

Mi trabajo en la perinatalidad lo realizo desde la promoción de la salud mental desde el primer momento de la concepción de la mujer, continuando a lo largo de todo el embarazo, parto y puerperio. Considero muy importante la “prevención” de situaciones desfavorables, orientarlas para que gestionen las situaciones difíciles ofreciéndoles estrategias y herramientas para promover una adecuada salud materno-infantil desde la empatía, cuidado y apoyo, y que puedan construir un apego adecuado con el bebé y que este pueda tener una estructura psíquica saludable. A su vez, realizando tratamiento farmacológico en casos más graves y complicados, así como en mujeres con patología psíquica previa. 

Tanto mi nacimiento como mi crianza han influido favorablemente ya desde el principio con un adecuado apego. Mi crianza basada en el amor, cariño y confianza, pilares que me han servido para formarme como persona y que posteriormente como psiquiatra de adultos, y mi formación en Salud Mental Perinatal y Lactancia, han influido para proyectar mi ayuda, apoyo y cuidados a madres durante todo el proceso de la perinatalidad.

¿Cómo influyen en la mujer los embarazos anteriores, dificultades en la concepción o pérdidas gestacionales?

La gestación es un periodo crítico de gran complejidad psíquica y de alta vulnerabilidad en el que intervienen tanto las fantasías, los recuerdos y las ilusiones, suponiendo un cambio de estado en la pareja que se convertirá en familia. Las mujeres embarazadas tienen sentimientos ambivalentes en los que se mezclan ansiedad, impulsividad y una feliz espera, pero la vivencia o haber pasado por experiencias desagradables o situaciones traumáticas durante el embarazo (amenaza de aborto, malformaciones, hiperémesis..) y en el momento del parto del anterior embarazo (parto inducido y muy instrumentalizado, cesárea, vivencias de violencia obstétrica, comunicación y trato de los profesionales….), pueden hacer que la mujer se encuentre mas ansiosa, con miedos, preocupación contenida y expectante, pudiendo influir negativamente en su salud mental. Pero por otra parte, una mujer con estas vivencias, el segundo embarazo lo puede afrontar con mucha más experiencia y consistencia, conectada a su bebé, más segura y verse más empoderada de la mano de la matrona y otros profesionales, grupos de apoyo, etc. Recibiendo información adecuada, apoyo y atendiendo a sus necesidades haciéndolas confiar en sí mismas como capaces de dar vida.

El estrés, el cual genera alteración a nivel hormonal, los problemas de sueño, el abuso de tóxicos o estimulantes (tabaco), los hábitos de vida poco saludables de tipo alimentario y falta de ejercicio físico y/o muy excesivo, etc; conducen a dificultades en la concepción. Esto produce a su vez un círculo vicioso ante el deseo irrefrenable de ser madre, creando mayor ansiedad

En cuanto a las pérdidas gestacionales de embarazos naturales, de abortos o por reproducciones asistidas fallidas con duelos acumulativos, son duelos que dejan una herida muy importante que hay que sanar. Son situaciones que conllevan mucho dolor: el de la pérdida del bebé y el dolor de la decisión tan dura que tienen que tomar los padres ante un ser humano tan indefenso por ejemplo en los casos de abortos por malformaciones. Se produce un sentimiento de culpabilidad y de fracaso que se genera en la mujer como madre. Al acompañar a pacientes en duelo, sientes y compartes mucho dolor y tristeza. Se aprende muchas cosas de ellas como el valorar las pequeñas cosas, el disfrute del presente del día a día; que como dicen muchas madres el bebé que ya no está con ellos les ha enseñado a tener cada día más amor.

¿Cuáles son los factores de riesgo a tener en cuenta a la hora de prevenir y tratar patologías de salud mental en la maternidad?

Como muy bien dice la OMS: “La salud es un estado completo de bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. 

Por ello, hay que basarse en el Modelo Biopsicosocial de salud y enfermedad desarrollado por el psiquiatra estadounidense George L. Engel, que engloba factores biológicos (cambios hormonales, defectos estructurales, determinantes genéticos e infecciones); factores psicológicos (emociones, conductas y pensamientos) y los factores sociales, que todos ellos desempeñan un papel significativo en el contexto de una enfermedad durante la maternidad.

En su opinión, ¿cuáles son los riesgos, a nivel social y particular, de no prevenir y tratar patologías de salud mental en la maternidad? 

La maternidad es un momento crítico, vulnerable, una experiencia muy transformadora para las mujeres donde experimentan cambios hormonales y emocionales, maravilloso y precioso para algunas, pero para otras puede ser muy traumático por las implicaciones y dificultades que la rodean y que ha sido durante mucho tiempo idealizado. 

Cualquier mujer está expuesta a presentar problemas emocionales durante este periodo (ansiedad, depresión, psicosis puerperal, trastornos alimentarios, etc). Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 25% de las embarazadas sufre algún tipo de problema emocional y una de cada cinco mujeres en este periodo tiene un trastorno mental. Hay estudios a nivel mundial que indican un incremento del 25% de sintomatología depresiva durante el embarazo en la época de pandemia.

Los riesgos que puede tener el no prevenir y/o tratar estas patologías puede desencadenar un impacto importante con consecuencias perjudiciales para la madre, el bebé, para la pareja/familia y para la sociedad. 

En la madre, presentan dificultades en la vinculación con el bebé mostrándose mas irritables con ellos o con mayor riesgo de descuidos o maltratos, mayor tasa de embarazos no deseados, abandono de la lactancia, malnutrición, autolesiones y suicidio, el cual es una causa frecuente en esta etapa si no se realiza una prevención, detección precoz y atención temprana de los problemas de salud mental en las madres.

Los efectos en el bebé influyen en su desarrollo a nivel físico con retraso de crecimiento, psicomotor y lenguaje, emocional (más depresión, trastornos de conducta, problemas de sueño) y cognitivo en primeros años de vida; que pueden prolongarse en el futuro del bebé si perdura en el tiempo.

La situación de los problemas de salud mental en la etapa perinatal, también tiene importantes consecuencias en la sociedad, de tal forma, que las mujeres pueden tener dificultades para mantener su empleo y optar por una buena calidad de vida, suponiendo todo esto un aumento en costes económicos a nivel de atención sanitaria y de servicios sociales. Por ello, es importante que todos los países dispongan de recursos especializados en salud mental perinatal

¿Podríamos decir que la salud mental es la gran olvidada del embarazo?

Ciertamente sí, en primer lugar, porque la creencia de la sociedad presupone que la mujer embarazada debe estar contenta y feliz en su periodo perinatal de embarazo, parto y postparto, porque va a ser madre y ello es motivo de alegría. Por ejemplo, ¿cómo van a estar las mamás que están angustiadas por no lograr disfrutar de su embarazo como ellas habían imaginado, porque presentan hiperemesis gravídica con vómitos persistentes, náuseas y sin poder comer bien hasta el final del tercer trimestre? presentando altibajos emocionales!.

Por otra parte, cuando se habla de la presencia de problemas emocionales en el periodo perinatal de una mamá, implica estigmatizarla socialmente de enfermedad menta,l lo que  supone que ella piense y tenga miedo de ser mala madre y de esta forma lo oculte. Se ha visto en muchos casos que esta estigmatización influye como factor de dificultades en la lactancia.

Si, que con los año,s se va avanzando en este sentido declarando el Dia Mundial de la Salud Mental Materna, que es el primer miércoles de mayo de cada año, que de esta forma se consigue aumentar la sensibilización social y visibilización de la posibilidad de desarrollo de problemas emocionales en el periodo perinatal; desestigmatizar a la mamá y que desde los Servicios de Salud se pueda realizar una buena evaluación y seguimiento.

Considero que aún falta bastante por hacer, ya que hay que considerar la salud mental perinatal de la mujer evaluando el estado emocional desde el principio del embarazo y de forma longitudinal, al igual que se realiza su estado físico en todas sus fases. Si la madre está bien, el bebé también estará bien y todo ello es un beneficio a largo plazo a nivel familiar.

Por último, ¿qué consejos daría a las mamás para cuidar esta parte tan importante de la maternidad?

En la maternidad, debe considerarse a la mujer, y de forma fundamental, como “la protagonista” durante toda su experiencia en el camino a convertirse en madre en lo relacionado con el embarazo, parto y puerperio, de tal forma que es importante que reciban y que busquen una buena Educación maternal, con información actualizada y estructurada que se base en las necesidades de salud expresadas por las mujeres. y que respondan a sus demandas optimizando de esta forma los resultados de dicha intervención. Debe ser un continuo a lo largo de todo el periodo perinatal, dinámica, abierta, flexible, personalizada y que empodere a las mujeres, con apoyo y acompañamiento emocional durante todo el proceso perinatal.

Con ello se capacita a las mujeres para tomar decisiones adecuadas a sus necesidades y circunstancias, que les permita de esta forma: Mejorar su salud y la de su familia; elegir, decidir y afrontar de forma responsable su modelo de maternidad-paternidad y utilizar adecuadamente los recursos sanitarios. Importante también la participación de la pareja en todo el proceso perinatal.

Otro hecho importante es crear redes de apoyo; ya que a lo largo de todo el periodo perinatal pueden surgir momentos de angustia y ansiedad y con estas intervenciones les proporcionen mayor autonomía y autoconfianza adquiriendo habilidades para hacer frente a sus miedos y dudas.

Todo ello viene dado de la mano de la matrona como figura primordial, aunque deben participar todos los profesionales implicados en dichas intervenciones.

Si la madre presenta malestar emocional, por pequeño que sea, debe solicitar ayuda de su profesional de salud de referencia. No se debe sentir culpable, ni estigmatizada, ni juzgada por sufrir malestar. No deben de tener miedo a que se les quite a su bebé; deben implicar a la pareja/familia pues una madre sola no puede con todo y adoptar hábitos de vida saludables con dieta y ejercicio físico adecuado. 

Y como último consejo: Mi recomendación es mantener la lactancia materna siempre que sea posible. Si se alimenta al bebé con fórmula adaptada, es fundamental mantener también esos momentos de intimidad y cercanía con el bebé, haciendo piel con piel, por ejemplo. Esto facilita la interacción con el bebé y aumenta la autoestima de la madre.

Me estoy acordando en estos momentos de la película Tully que aborda el tema de la maternidad, especialmente el puerperio, el día a día de la protagonista Charlize Theron, madre de dos hijos y que a sus 40 años tiene su tercer hijo. Os la recomiendo! 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *